
Penetración en la mente del cliente
El delirio de todo publicista, poder entrar en la mente del usuario, en nuestra sociedad sobrecomunicada se da la paradoja de que nada es más importante que la comunicación. Con ella, todo es posible; sin ella nada se puede lograr, por inteligente y ambicioso que uno sea.
Lo que llamamos suerte, de ordinario no es más que el resultando de una comunicación bien llevada. Decir lo que se debe, a la persona adecuada, en el momento más apropiado. Es encontrar lo que los ingenieros de la NASA, de Houston, llaman una «ventana en el espacio».
El posicionamiento a un sistema, organizado para encontrar ventanas en la mente. Se basa en el concepto de que la comunicación sólo puede tener lugar en el tiempo adecuado y bajo circunstancias propicias.
Manera fácil de entrar en la mente
La mejor manera de penetrar en la mente de otro es ser el primero en llegar. Se puede demostrar la validez de este principio formulando unas cuantas preguntas sencillas:
¿Cómo se llamó el primer piloto que voló sólo sobre el Atlántico Norte? Charles Lindbergh. Ahora, ¿cómo se llamó la segunda persona que voló sola sobre el Atlántico Norte? Ya no es tan fácil responder. ¿Cómo se llamó el primer astronauta que pisó la Luna? Neil Amstrong, claro está. ¿Cómo se llamó el segundo? ¿Cuál es el nombre de la montaña más alta que hay en el planeta? El Monte Everest que se encuentra en el Himalaya. ¿Cómo se llama la segunda montaña más alta del mundo? ¿Cómo se llama la persona con la que usted hizo el amor por primera vez? ¿Y el nombre de la segunda?Es muy difícil desbancar a la primera persona, a la primera montaña, a la primera compañía que ha logrado una posición en la mente.
Algunos son expertos y conocidos en lo que hacen, por más años que tengan en la industria siguen siendo los primeros en sus productos, y sobretodo conocidos a nivel mundial, como por ejemplo: Kodak en fotografía; IBM en computadoras; Xerox en copiadoras; Hertz en alquiler de coches, Coca-Cola en refrescos; General Electric en cuestiones eléctricas.
Lo primero que se necesita para «fijar el mensaje en la mente de un modo indeleble» no es un mensaje sino una mente. Una mente en blanco que no haya sido marcada con el hierro de otra ganadería. Y lo que es cierto en los negocios es también en la vida.
Los biólogos hablan de «impronta» al referirse al primer encuentro entre el animal recién nacido Y su madre natural. El joven animal no tarda más que unos cuantos segundos en fijar de modo indeleble en su memoria la identidad de su madre.
Uno puede pensar que todos los gansos son iguales, pero incluso el ganso de un día de vida siempre reconocerá a su madre, por mucho que se entremezcla en la bandada.
Bueno, esto no es del todo cierto. Si el proceso de acercamiento se interrumpe porque se interpone un perro o un gato o incluso un ser humano, el pequeño ganso tratará a ese sustituto como si fuera su madre natural, aunque sea muy diferente de la misma.
El enamoramiento es un fenómeno similar. Aunque la gente tiene mayor capacidad de escoger qué los gansos, no es tan selectiva como se podría pensar.Lo que más cuenta es la receptividad. Se han de encontrar los personas en una situación en que ambas sean materia dispuesta; las dos han de tener las ventanas abiertas, o sea, no estar profundamente enamoradas de una tercera persona.
El matrimonio, como institución humana que es, se basa en el concepto de que es preferible ser el primero que el mejor.
Y lo mismo ocurre en los negocios. Si uno quiere tener éxito tanto en el amor como en los negocios, hay que convencerse de la importancia de ser el primero en penetrar en la mente.
Se logra crear lealtad hacia una marca en el supermercado de la misma manera en que se crea la lealtad entre los cónyuges en el matrimonio. Impacte primero y luego procure no dar pie para que haya un cambio.
Basados en:
” Posicionamiento”
Por: Al Ries y Jack Trout